Ibrahim Qashush dirigía las manifestaciones en Hama (Siria). Esta es su canción más famosa de todas, con ella consiguió reunir a medio millón de personas.
Al régimen no le bastó acabar con su vida, sino que también le arrancó la garganta como castigo por haber cantado canciones en contra de la dictadura de Alassad.
El régimen sirio ha conseguido callar la voz de Ibrahim Qashsush pero no la de los millones de sirios y no sirios que la siguen cantando.